
Líneas Quadratín
Bartlett, Camarena, DEA; entrar a
EU, sí; salir, quién sabe: Embajada
Ya con el PAN en la presidencia, muchos de los temas políticos candentes del país
pudieron posicionarse de manera pública en el debate nacional. En una reunión con
periodistas, el embajador estadounidense Jeffrey Davidow (1998-2002) respondió con
claridad a una pregunta que señalaba si el político Manuel Bartlett Díaz podría entrar a
Estados Unidos por las acusaciones en su contra en el expediente del exagente de la DEA
Enrique Camarena Salazar:
–¿Entrar?, claro que puede, salir…, quién sabe.
El diplomático se refería a la capacidad del Gobierno estadounidense para arrestar
dentro de su territorio a extranjeros involucrados en casos visibles de alta criminalidad.
Bartlett fue secretario de Gobernación en 1985 y responsable directo de las tres policías
políticas del Gobierno –la Federal de Seguridad, la Judicial Federal e Investigaciones
Políticas y Sociales– y su nombre había salido en versiones estadounidenses de que desde
el Palacio de Bucareli –sede de la Segob– se protegían a los cárteles de la marihuana que
empezaban a configurarse sobre todo en Guadalajara bajo el liderazgo del Padrino Miguel
Ángel Félix Gallardo, expolicía Judicial federal.
El asesinato de Camarena en febrero de 1985 provocó uno de los episodios de
mayor tensión en las relaciones políticas de México y Estados Unidos. En el segundo
semestre de 1984 ocurrieron dos sucesos de varias maneras articulados: el embajador
intervencionista John Gavin –amigo personal y colega actor del presidente Reagan– había
logrado en México la construcción de la Santa Alianza: PAN-empresariado radical norteño-
obispos ultraderechistas de la Iglesia católica-embajada americana; y el segundo caso fue
el descubrimiento en noviembre de un campo de marihuana en el rancho El Búfalo, en
Chihuahua, donde los narcos del cártel de Guadalajara Félix y Caro Quintero tenían
trabajando a más de diez mil campesinos, y en cuya destrucción estuvo involucrado en la
gente Camarena.
En febrero de 1985, nada menos que en la Guadalajara controlada por Félix
Gallardo, Camarena fue capturado y llevado a un lugar especial para ser torturado por el
rancho El Búfalo y para saber qué más información tenía Estados Unidos sobre los cárteles
mexicanos. Por la intensidad de la tortura, Camarena –y el piloto mexicano Alfredo Zavala
Avelar– murieron y sus cuerpos los tiraron en territorio michoacano, lo cual provocó un
reclamo público muy severo del gobernador Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
La reacción estadounidense fue altamente virulenta y la encabezó personalmente
el embajador Gavin, aliado a los grupos de la ultraderecha estadounidense, sobre todo el
senador Jesse Helms, pero también por la CIA de William Casey y su intento de fabricar un
documento de inteligencia que revelará que México estaba en caos y que se pudiera
transformar en un colapso como el de Irán religioso. Con el apoyo de estos sectores, el
Senado estadounidense abrió audiencias públicas donde una larga fila de funcionarios
americanos participó para cuestionar la gobernabilidad en México.
Gavin lanzó una campaña contra las policías mexicanas acusándolas de proteger al
narco, pero sobre todo porque la Federal de Seguridad de José Antonio Zorrilla Pérez y la
Judicial Federal habían permitido la fuga de los narcos Caro Quintero y Ernesto Fonseca
Don Neto. Pero Gavin había descubierto que la Federal de Seguridad, que funcionaba
como oficina delegada en México de la CIA, había congelado sus relaciones con el
espionaje estadounidense y había firmado un convenio de capacitación con el STASI de
Alemania comunista, uno de los brazos fundamentales del KGB soviético.
El nombre de Bartlett apareció en las investigaciones de la DEA por el caso
Camarena, se difundieron versiones de que habría supervisado el secuestro del agente
estadounidense antinarcóticos y que la Comunidad de Inteligencia de EU había concluido
que en México existía protección política, de gobierno y de Estado que permitía el
fortalecimiento de los cárteles. A lo largo de 40 años, la DEA siguió insistiendo en la
presunta responsabilidad de Bartlett, y el nombre de este funcionario apareció en una de
las listas que envió Estados Unidos al Palacio Nacional de Andrés Manuel López Obrador
para bloquear cualquier nombramiento público, por lo cual causó molestia el
encumbramiento y fuero político de Bartlett como director de la Comisión Federal de
Electricidad.
Algunos agentes de la DEA han dejado claro que Caro Quintero y Don Neto habían
sido los responsables directos del asesinato de Camarena y que no descansarían hasta
probar y procesar a Bartlett como responsable político del suceso.
Bartlett, con 89 años, es visto en EU como pieza clave del caso Camarena.
-0-
Política para dummies: la política tiene memoria de elefante y fauces de tiburón.
Tik Tok y Pregúntale a Carlos Ramírez en http://elindependidente.mx
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del
periódico que la publica.
[email protected]
http://elindependiente.com.mx
@carlosramirezh